Los ciberdelitos en el sector financiero han aumentado significativamente con el tiempo, especialmente debido a la digitalización y la adaptación de los delincuentes a nuevas tecnologías. Las instituciones financieras están en la mira de los ciberdelincuentes debido a la naturaleza sensible de la información que manejan. Los actores maliciosos no solo buscan cometer fraudes, sino también aprovecharse de las vulnerabilidades del sector para llevar a cabo extorsiones y otros delitos. A medida que las tácticas de los cibercriminales se sofisticaron, las empresas deben estar cada vez más alertas y preparadas para enfrentar estos riesgos.
El costo de una brecha de datos en el sector financiero es alarmante. Según el informe «Cost of a Data Breach Report» de IBM, el costo promedio de una brecha de datos en el sector de servicios financieros fue de $5.85 millones de dólares en 2020. Esta cifra es considerablemente más alta que la media de otros sectores económicos, lo que resalta la gravedad del problema. Las empresas deben invertir en medidas de ciberseguridad para mitigar los riesgos de una filtración y proteger tanto sus datos como los de sus clientes.
El sector financiero sigue siendo un blanco atractivo para los ciberdelincuentes debido a la cantidad de información sensible que manejan las instituciones. Una filtración exitosa de datos no solo perjudica la reputación de la empresa afectada, sino que también puede tener un impacto significativo en sus clientes. El robo de identidad y la comercialización de datos en la Dark Web son algunos de los delitos que pueden surgir tras una brecha de seguridad, lo que aumenta la gravedad de la situación.
El informe «Data Breach Investigation Report» de Verizon de 2020 reveló que el 63% de los ataques contra las instituciones financieras provienen de actores externos motivados por ganancias económicas. Estos ataques incluyen técnicas como el «credential stuffing», ingeniería social, fraude, ataques DDoS y malware. Estos métodos son cada vez más comunes y requieren que las empresas del sector financiero implementen medidas de seguridad más estrictas para proteger sus sistemas y datos.
La pandemia de COVID-19 ha exacerbado estos riesgos al obligar a muchas instituciones financieras a adoptar rápidamente el teletrabajo. Esta transición repentina dejó a muchas empresas sin el tiempo suficiente para implementar políticas de ciberseguridad que pudieran abordar las vulnerabilidades asociadas con el trabajo remoto. La falta de preparación para este cambio incrementó las oportunidades para los ciberdelincuentes, lo que convirtió al sector financiero en un objetivo aún más atractivo.
Las organizaciones deben ser conscientes de la necesidad urgente de mejorar sus medidas de seguridad. Según una encuesta reciente de ESET, el 45% de las empresas han experimentado una brecha de seguridad. Esto resalta la importancia de implementar soluciones de seguridad avanzadas y estrategias de prevención para mitigar los riesgos de los ciberdelitos en el sector financiero y proteger tanto a las organizaciones como a sus clientes.
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