Las personas son la primera línea de defensa. Una estrategia efectiva debe incluir programas de formación continua en ciberseguridad para que quienes trabajan en la organización reconozcan amenazas como el phishing, y las técnicas de ingeniería social.
La inversión en personal especializado y soluciones de seguridad debe ir acompañada de una concientización interna efectiva. Es fundamental que cada integrante de la organización se convierta en un aliado de los equipos de ciberseguridad y se sienta motivado a reportar y estar atento a las amenazas, como los intentos de phishing.
Cada empresa debe contar con políticas bien definidas sobre el uso de dispositivos, acceso a datos, transferencias de información, respuesta a incidentes y planes de contingencia. Estas reglas deben ser comprendidas y aplicadas por todas las personas que integran la organización y respaldadas por revisiones constantes según el entorno e industria en las que se deban aplicar.
Aunque parezca una obviedad debemos considerar el uso de contraseñas robustas, autenticación multifactor (MFA) y gestores de contraseñas. Evitar credenciales predeterminadas y rotar claves de acceso periódicamente también refuerza la seguridad apoyando la reducción de daños ante una brecha de datos.
Cada usuario, sistema y aplicación debe tener acceso solo a la información y recursos necesarios para cumplir su función. Implementar esta política reduce la superficie de ataque y limita el daño en caso de una brecha de seguridad.
También debe contemplarse a las personas que trabajan de manera remota y también a aquellas que ya no trabajen más en la compañía ya que muchas veces quedan con credenciales activas. Una mala gestión de políticas de acceso y privilegio puede dejar abierta la puerta para incidentes de seguridad.
Mantener sistemas, software y dispositivos actualizados es fundamental para corregir vulnerabilidades. Un gran porcentaje de los ataques está relacionado con la explotación de vulnerabilidades y en muchos casos muy obsoletas haciendo que sea relativamente sencillo ingresar a una organización.
El tráfico de red (incluido el Wi-Fi) debe ser monitoreado y segmentado para evitar movimientos laterales en caso de un ataque. La implementación de firewalls, VPN y listas de control de acceso debe estar bien administrada para restringir accesos no autorizados.
El uso de herramientas de monitoreo en tiempo real y soluciones como EDR o XDR, permiten detectar y responder rápidamente a incidentes de seguridad.
Un punto importante aquí es no descansar en los laureles, ya que las herramientas y soluciones son efectivas solo cuando se acompañan de una correcta gestión. Es crucial que las alertas generadas por estas herramientas sean atendidas y revisadas adecuadamente, evitando que se conviertan en una maquinaria burocrática destinada únicamente a cumplir con estándares y procedimientos
Realizar copias de seguridad periódicas y almacenarlas de forma segura, tanto en línea como fuera de línea, permite recuperar la información en caso de ataques como el ransomware.
Las empresas deben asegurarse de que sus proveedores cumplan con estándares de seguridad adecuados, ya que terceros pueden convertirse en eslabones débiles dentro de la infraestructura de seguridad corporativa., Antes de adquirir cualquier proveedor es importante leer la letra chica de los acuerdos de servicio y enlazarla con las políticas internas de la compañía.
Realizar auditorías de seguridad, pruebas de penetración y simulacros de ataques, y simulacros de ingeniería social permite evaluar la efectividad de las medidas implementadas y mejorar la resiliencia ante amenazas reales.
Sobre este punto es importante considerar que estas pruebas se deben realizar de manera periódica para evaluar la maduración en la organización, no tiene sentido realizar una auditoria si no se le va a dar continuidad por ejemplo mitigando las vulnerabilidades detectadas, como tampoco si esta no se vuelve a realizar al tiempo.
Debemos considerar que cualquier infraestructura tecnológica es orgánica y es necesario acompañar esta característica, todo el tiempo se ingresan nuevos sistemas, nuevas tecnologías, nuevas versiones de software, y es importante estar a las alturas de estos cambios.
Adoptar estos principios fundamentales no solo protege la información y los activos de la empresa, sino que también fortalece la confianza de clientes y socios comerciales. La ciberseguridad no es una tarea puntual, sino un esfuerzo continuo que debe evolucionar junto con las amenazas. Implementar un enfoque proactivo y una cultura de seguridad sólida marcará la diferencia entre una empresa vulnerable y una organización resiliente ante los desafíos que las amenazas digitales ejercen.
10 Claves de ciberseguridad para proteger a tu empresa eficazmente
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